viernes, 24 de octubre de 2008

4 años de Gobierno Progresista

Los y las Jóvenes del Frente Amplio festejan 4 años de gobierno progresista con todo!!!

El encuentro comenzará el viernes 31 de octubre a las 17 hs. (y terminará quién sabe cuándo!!!) en la Plaza Matriz, Peatonal Sarandí, Montevideo (Uruguay). Un festejo que promete... y mucho!!!!





miércoles, 15 de octubre de 2008

Seminario sobre Juventudes y Género en Bolivia

En el pasado mes de agosto, Tendencia Dínamo participó del Seminario “Juventudes y Género” organizado por la Fundación Friedrich Ebert en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

El mismo fue el segundo encuentro regional de una serie de iniciativas de la Fundación alemana, que reúne a juventudes políticas del MERCOSUR, para pensar el discurso y la acción política desde una perspectiva de género.

Con jóvenes participantes de Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia y la Argentina, el seminario logró como resultado, la elaboración de una agenda de temas y propuestas para cada uno de los países de la región y de las fuerzas políticas representadas por los jóvenes dirigentes.

A su vez, durante el mismo se pudo contar con la presencia de importantes panelistas que realizaron riquísimos aportes, entre los cuales se destacó el de la Diputada de la Ciudad de Buenos Aires, Dra. Diana Maffía.

La agenda de actividades internacionales continuará en el mes de noviembre en Buenos Aires, donde tendrá lugar un nuevo Seminario, esta vez para analizar y debatir sobre la relación entre las organizaciones de la sociedad civil y los partidos políticos.

domingo, 12 de octubre de 2008

Las heridas todavía sangran


El 12 de octubre de 1492, cuando las embarcaciones al mando de Cristóbal Colón divisaron tierra, cambió la concepción que se tenía hasta el momento del planeta, provocado por el “encuentro” de dos mundos.

Sin embargo, lo que sucedió a partir de entonces fue mucho más que el “descubrimiento” de una tierra nueva, como suele enseñarse. Lo que para el denominado Viejo Mundo se vivió como una conquista de tierras y de sus recursos, para el mal llamado “Nuevo Mundo”, significó el avasallamiento y el exterminio de pueblos enteros, y con ellos, sus culturas. Todo aquello que había regido la existencia de los pueblos nativos durante miles de años, fue olvidado a la fuerza por una civilización que se ocupó de gobernar, saquear y enriquecerse ilimitadamente a costas del mayor genocidio de la historia.

Desde el principio, la conquista hizo vasallos a los nativos, sus creencias religiosas fueron tomadas como paganismo por los conquistadores. La imposición de una “acertada” forma de comprender el mundo ganó terreno, a través de la violencia, avasallando la existencia de una pluralidad de voces, negando la condición humana de quienes pensaban y actuaban diferente.

¿Cómo se juzgaría a los pueblos precolombinos, a Mayas y Aztecas, a Olmecas y Tlaxcaltecas, si hubieran invadido Europa, arrasado con las catedrales y quemado los textos sagrados, asesinado a hombres, mujeres y niños por igual, esclavizado a la población?
¿También se valorarían los aportes a la cultura, el rico resultado de la fusión de los cantos mayas y andaluces, la belleza de las pinturas incas en las calles y paredes de Lugo y Toledo? ¿O sería condenado todo originario de la actual América Latina por genocidio y vandalismo, discriminación y violación de todo tipo de derechos?

Las heridas todavía sangran. El genocidio y su “no reconocimiento” dificultan la construcción de un relato histórico inclusivo, donde todas y todos puedan anclar sus individualidades, para construir una identidad colectiva sobre la riqueza de la diversidad.

Hoy, la realidad del pueblo boliviano nos remonta y nos exige re- pensar la construcción de la “historia oficial” de nuestro continente. Los aymará de Bolivia resistieron años de opresión, resistieron ataques y guerras para sacarlos del mapa. Una cultura matriarcal profundamente entrelazada a su tierra esta dando quizás la mayor lucha, manteniendo a un gobierno legítimo de sus propias raíces culturales, en contra de la zona más próspera, mas rica y mas “blanca” de Bolivia. Se disputa muchísimo en esa lucha. Se disputa la dignidad étnica contra el atropello histórico, se disputa el futuro contra el pasado. Pero también se disputa la necesidad de salir, la posibilidad de encontrar un camino sin recurrir a la violencia y al resentimiento. Bolivia tiene un solo camino, el camino de la reconciliación y la paz. El camino de la unión en pos de la igualdad de derechos y oportunidades.

La opresión y la violencia sufrida no pueden justificar ni habilitar la utilización de los mismos medios para la construcción de una salida. Cualquier alternativa pensada desde ese lugar, pondrá fin al proceso de integración y reconocimiento de la pluralidad de voces. Intercambiar opresores por oprimidos no es sin duda una modificación sustancial de la matriz de violencia y saqueo que instalaron y reprodujeron los colonizadores. Sólo la Paz, la No Violencia y el valor del diálogo y la palabra pueden guiar los rumbos de los pueblos y de quienes pretenden acompañarlos al frente de sus epopeyas.
Por
Joaquín Fernández
Nicolás Papalía
Betiana Neubaum